En todos los casos, el violador abordaba a sus víctimas en un descampado por la espalda y, colocándoles un cuchillo en el cuello, les decía siempre la misma frase: "No me mirs y no me mires a la cara". Les robaba cuanto llevaban de valor y a continuación las colocaba en posición agachadas hacia adelante y las violaba.

Estas agresiones habían creado un clima de inseguridad y miedo entre las jóvenes de Torrejón y en los distintos centros docentes en los que estudian.

El detenido, vecino de Alcalá de Henares, había sido detenido con anterioridad en tres ocasiones por violación y agresión sexual; igualmente, tenía pendiente una orden de búsqueda y captura e ingreso en prsión para cumplir una sentencia firme de ocho años en la cárcel de Alcalá-Meco. Ha pasado a disposición judicial.