Los agentes descubrieron que alguien estaba vendiendo hachís a los estudiantes del colegio de EGB "Julián Besteiro" y del instituto "Gonzalo de Berceo".

Las pesquisas condujeron a un pequeño quiosco situado en la avenida de Abrantes, a la altura del número 200, donde se vendían pipas, chicles, caramelos y otras chucherías.

Cuando los agentes tuvieron indicios suficintes de que, además de los productos aludidos, Rosario M.M., conocida como "la abuela", también vendía hachís, decidieron pasar a la acción.

En el curso del registro del quiosco realizado ayer, la policía descubrió dentro de un bolso dos 'chinas' de hachís, con un valor de 500 pesetas cada una; otras cuatro de 1.000; dos pastillas de la misma sustancia que pesaban en total 34 gramos; un 'porro' ya confeccionado; un librito de papel de fumar; 9.000 pesetas y una nota manuscrita con gastos y ganancias drivados de la venta de ese estupefaciente.

La detenida, que ya ha pasado a disposición judicial como presunta autora de un delito de narcotráfico, carece de antecedentes policiales y se negó a declarar en comisaría.