MADRID. DESMANTELADO UN LABORATORIO CLANDESTINO DE TARJETAS DE TELEFONO FALSIFICADAS
- El fraude supera los 1.000 millones de pesetas
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
Ramón Vicente M.P., de 38 años, ha pasado a disosición judicial acusado de delitos de estafas y falsificación de tarjetas telefónicas, según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid.
En un laboratorio clandestino de la calle Salitre, agentes de policía han intervenido un ordenador, un disquete del programa informático para realizar el fraude, 100 plásticos verdes con circuito electrónico, 35 microprocesadores sin programar, 87 tarjetas de telefonía y diversos aparatos destinados a la simulación de las tarjetas originales. Hasta el momnto se estima que el fraude supera los 1.000 millones de pesetas.
Desde hace varios meses la Brigada Provincial de Policía Judicial tenía conocimiento de la circulación de tarjetas de teléfono falsificadas. Paralelamente, en diversas comisarías de la capital habían sido detenidas personas que utilizaban estas tarjetas. Tras varias gestiones, los agentes averiguaron que las tarjetas se vendían en la plaza de Antón Martín, en Atocha y en calles adyacentes.
Los agentes encargados del caso centraron us sospechas en un individuo que frecuentemente acudía a la zona y que fue identificado como Ramón Vicente M.P. La investigación se centró entonces en descubrir dónde tenía situado el laboratorio clandestino para la falsificación.
Hace unos días, el sospechoso fue visto en las inmediaciones de la calle Salitre, cuando se acercaba a una cabina para comprobar el funcionamiento de las tarjetas que acababa de falsificar. Posteriormente se dirigió a la calle Antón Martín para proceder a su distribución y cando estaba a punto de vender algunas tarjetas, fue detenido por la policía.
Según se desprende de las investigaciones, Ramón Vicente M. llevaba cuatro meses operando en la capital y era especialista en la creación de sistemas electrónicos e informáticos. Falsificaba íntegramente las tarjetas de telefonía, de manera que estas tenían un crédito casi ilimitado que sólo se agotaba por el deterioro del uso del microchip. El detenido vendía una media de cuatro a ocho tarjetas diarias por un precio que osciaba entre las 25.000 y las 30.000 pesetas. Ramón Vicente M. tiene decretada una orden de expulsión del territorio español.
(SERVIMEDIA)
13 Ago 1999
S