En un comunicado, CECU muestra su posición contraria a esta interrupción del servicio de taxi y recuerda que las tarifas de este tipo de transporte ya fueron discutidas y aprobadas, con un aumento durante 1999 "muy superior al IPC".

"Las fluctuaciones en el precio de los carburantes no pueden ser aplicadas a los usuarios del servicio", insisten los consumidores que, ante el riesgo del parón en el sector, piden a las autoridades que garanticen unos servicios mínimos que aseuren el desplazamiento y la movilidad normal de los usuarios.

Finalmente, CECU califica de "atípico" que los taxistas se acojan al derecho de huelga -reservado para los asalariados- y considera que se trata de "una interrupción voluntaria del servicio" que sólo perjudica a los usuarios.