La idea es favorecer la convivencia normalizada de los menores en la propia familia, evitando su desarraigo familiar y social, o apoyando el retornola misma de niños internados en centros de protección de la Comunidad de Madrid.

Otras de su finalidades es la de apoyar los acogimientos de menores, tanto con familia extensa como con familia no biológica (niños con necesidades especiales), propiciando el desarrollo armónico de los menores en un ambiente normalizado.

Asimismo, se pretende favorecer la autonomía e inserción en el medio comunitario de jóvenes que han estado tutelados y carecen de referente familiar, así como de mujeres con hijo acargo, a desinternarse de hogares o residencias de la Comunidad de Madrid.

El presupuesto de 2002 para estos fines se repartió porcentualmente de la siguiente manera: ayudas para favorecer la convivencia en la propia familia (24%), para apoyar los acogimientos familiares (75%) y favorecer la autonomía de personas institucionalizadas (1%).