Tras precisar que la competencia de su departamento se extiende hasta los 18 años, señaló que, previa propuesta del equipo educativo del centro donde está el menor, la situación puede prorrogarse por seis meses, con el objetivo de consolidar su independencia y autonomía personal, oreciéndole la continuidad de la protección.

Uno de los programas, el denominado "Amis-Aurrera", busca promover y facilitar la inserción y normalización socio-laboral y formativa de los jóvenes con origen en la red de centros de la Comunidad, además de fomentar la interrelación social y, en los casos que sea posible, familiar.

Durante 1999, 20 jóvenes disfrutaron de este programa, que les ofrece acompañamiento en la busqueda de empleo, apoyo para encontrar alojamiento o vivienda de apoyo en el afinzamiento de habilidades sociales y de relación.

Otro de los programas, el denominado Junco", está dedicado a la inserción laboral de los jóvenes protegidos que cumplen 18 años, se inicia antes de la mayoría de edad y prevé el acompañamiento y seguimiento de los procesos de inserción.

En 1999, 228 chicos y chicas partiparon de esta iniciativa y el 10% de los mismos han cumplido ya los 18 años y están en fase de seguimiento.

Por último, el Programa de Ayudas Económicas para la Convivencia Noralizada de Menores pretende favorecer la autonomía e inserción de jóvenes que hasta alcanzar la mayoría de edad han sido tutelados por la Comunidad.

Durante el año pasado, accedieron a estas ayudas 16 jóvenes, que recibieron unas 32.000 pesetas al mes.