"Se trata", afirmó Cortés, "de mantener un trabajo continuado tras la inauguración de la M-45, donde se registra diariamente el paso de 70.000 vehículos, y regular el tráfico existente en la zona". Para ello, el Gobierno regional invertirá en dichas obras un presupuesto de más de 3,5 millones de euro.

El proyecto, indicó el vicepresidente, consistirá en la utilización de la reserva de suelo dispuesta en el Plan General de Ordenación Urbana para incrementar la anchura de la carretera entre la conocida como Glorieta de Lozares y su tramo final en la confluencia con la M-45.

La vía estará compuesta por dos calzadas separadas por una mediana ajardinada de 1,5 metros de anchura, cada una de la cuales contará con dos carriles por sentido, de tres metros de anchura cada uno. La carretera se completrá además con una vía de servicio de cuatro metros, un aparcamiento en línea de 2 metros y aceras de dos metros en ambos lados.

El consejero señaló que dicha ampliación supondrá además el refuerzo del pavimento y la colocación de adoquines en la zona de acera. "Por supuesto", continuó Cortés, "sin olvidar las mejora de la iluminación, la señalización y semaforización, la reposición de los servicios de saneamiento, abastecimiento y comunicaciones dañados, la instalación de nuevos colectores y un drenaj mediante sumideros".

En total, finalizó el vicepresidente, el tramo de obras incluirá el tratamiento de cinco intersecciones, dos de ellas glorietas (la de partida de Lozares y la existente a la altura del cruce con la calle del Valle de Tobalina) y el resto cruces entre la propia carretera y diversas calles.