En un encuentro con periodistas, Caldera expresó su confianza en que la oposición de los habitantes de las zonas afectadas "obligue al Gobierno a renunciar" a este plan, cuya ejecución está prevista para después del 2001.

Los socialistas consideran que este proyecto resultará "ineficaz en la resolución de los problemas de congestión que vive la comunidad, y ven en él "una grave falta de equidad" y una "gran discriminación social", ya que las radiales de peaje serán paralelas a las nacionales II, III, IV y V, pero no a la I y a la VI.

Por este motivo, anunció su "rotunda" oposición y su disposición a fomentar todo tipo de medidas políticas contra este proyecto.