Según la concejala responsable del área, Esperanza Aguirre, esta empresa de control proporcionará al Ayuntamiento unos beneficios de 300 millones de pesetas, a los que hay que descontar los 50 millones anuales quela labor de inspección costará a las arcas municipales.

El funcionamiento de la nueva empresa, aún por determinar, es el siguiente: el personal controlador de la misma repasa las calles que han sido limpiadas y va puntuando, de acuerdo a un baremo, los objetos que han quedado sin recoger.

Así, una colilla representa pocos puntos, una cajetilla de tabaco más y una bolsa de basura, por ejemplo, muchos más, según explicó Esperanza Aguirre. Con estas puntuaciones, la Concejalía de Limpiezas puede desontar, según estimaciones de Aguirre, un 5 por cien de las cantidades contratadas con las empresas concesionarias, lo que representaría un ahorro de 300 millones de pesetas.