Explicó que, si Lissavetzky se va, lo lógico es que ella le sustituya, ya que fue la candidata del PSOE-Progresistas a la presidencia de la Comunidad de Madrid, en las pasadas elecciones autonómicas.

A su juicio, sería un "error" plantear la sustitución de Lissavetzky en clave interna y de reparto de familias, porque es necesario poner e primer lugar los intereses generales.

Respecto a los resultados electoralles, calificó de "varapalo" el descenso de la izquierda y dijo que la dimisión de Joaquín Almunia como secretario general del PSOE ha sido un gesto de "dignidad política".

También habló del futuro de los acuerdos PSOE-IU y se mostró partidaria "no de anularlos, sino de replantear el entendimiento" entre ambas fuerzas.