El informe del servicio de inspección, iniciado a finales de noviembre, señala, entre otras conclusiones, que "en un porcentaje notable no se cumplen ni el etiquetado ni los precios que se aseguran en las ofertas".

Durante esta campaña de Navidad y Reyes, el Ayuntamiento también ha detectado otras irregularidades en restaurantes y bares y, en menor grado, en vendedores ambulantes y puestos de Mercamadrid.

En Mercamadrid se han inspeccioado 200.000 kilos de fruta (mayoritariamente uva, cítricos y chirimoya) de los que aproximadamente un 20 por ciento no estaba normalizada.

El estado de la fruta era generalmente bueno, pero los recipientes contenedores del producto no eran en la mayoría de los casos los más adecuados.

En las pescaderías no se ha detectado venta de alevines, totalmente prohibidos, ni tampoco envases inadecuados. Por contra, el etiquetado de algunos productos no estaba claro.

LOS MAS CUMPLIDORES

Los mercadilos navideños son los que mejor han cumplido las normas de higiene y la normativa de conjunto. Tras las visita a 13 mercadillos, no se han detectado irregularidades, ni sobre el origen de los productos ni sobre el ejecicio de la venta por personas distintas a las autorizadas por el Ayuntamiento.

El personal municipal ha inspeccionado hasta ahora unos 200 puestos de alimentación de los mercadillos autorizados este año por las Juntas Municipales.

Por otra parte, los inspectores han recorrido 52 resturantes, bares y cafeterías elegidos al azar en las zonas de Azca, Nuevos Ministerios, Plaza de Castilla y Cruz del Rayo.

En ellos, las irrgularidades detectadas correspondieron a aparatos anti-insectos de naturaleza no química, tratamiento frigorífico inadecuado de algunos alimentos, carencia del certificado de desinsectación.

"LIGHT" NO TAN LIGEROS

Respecto a los productos "light", los responsables de Consumo del Ayuntamiento han recomendado que se verifique que los productos son realmente lieros. Según la inspección, en las etiquetas de estos productos no constan los datos del producto patrón tomado como referencia, tal como marca la legislación.

Asimismo, para que un producto alimenticio, sea de la naturaleza que sea, sea considerado "light" debe respetar que su valor energético ascienda como mucho al 30 por ciento del valor energético del producto original.

De hecho, los llamados "turrones light", que entraron en el mercado el pasado año, han cambiado su denominación tras la aplicción de la legislación propia de estos productos. Ninguna de las marcas que los comercializaban la cumplían.