Según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la primera de las víctimas, de 32 años, presentó una denuncia el pasado 17 de diciembre relatando que esa noche, cuando se encontraba en la plaza de Jacinto Benavente de la capital ejerciendo la prostitución, fue bordado por un desconocido que se ofreció a llevarla en su coche al domicilio de la mujer, en Pozuelo.

Sin embargo, cuando llegaron a esa localidad el conductor paró el vehículo en una zona solitaria y la violó, robándole el bolso con el dinero y su pasaporte chileno. Tras cometer los delitos, el individuo se dio a la fuga, dejando a la mujer abandonada en el descampado.

La denunciante describió a su agresor como un hombre de 25 a 30 años, 1,70 metros de estatura, moreno, delgado y con bigote. Agegó que portaba un abrigo largo de espiguilla en color gris y conducía un vehículo negro, que parecía un "Ford". Tras esta denuncia, la policía abrió una investigación.

Sin embargo, el pasado 23 de enero, otra mujer, de 18 años, denunció que cuando también estaba ejerciendo la prostitución en el centro de Madrid, un individuo se acercó a ella y la introdujo con intimidación en el vehículo que conducía.

Tras maniatarla y amordazarla con un pañuelo, se dirigió hasta Pozuelo, donde en un descampado omenzó a someterla a malos tratos, aplicándole un cigarrillo encendido a las manos, que le ocasionaron quemaduras muy profundas.

Asimismo, se dispuso a violarla, lo que no consiguió porque la joven, en un descuido, logró abrir una de las puertas, lanzándose fuera del vehículo y consiguiendo huir.

La descripción que hizo la mujer de su agresor coincidía con la de la primera víctima, por lo que los agentes de la Policía Judicial realizaron gestiones en las zonas de actuación del asaltante, identifiando a numerosos sospechosos.

Finalmente, a mediados de esta semana consiguieron localizar al presunto agresor, que residía en Majadahonda y carecía de antecedentes policiales, lo que había dificultado su identificación.

Una vez detenido, las dos mujeres le identificaron sin duda en las ruedas de reconocimiento y, además, los agentes localizaron en su domicilio el abrigo descrito por las víctimas. El detenido se negó a declarar sobre los delitos que se le imputan.