Según Pérez Bolaños, la decisión de la jueza es "inólita" a la vista de que, como publica hoy Diario 16, permitió en 1993 destruir las falanges del cadaver de la joven Susana Ruiz, "antes incluso de que se conociese el resultado definitivo de la autopsia".

Bolaños, que confirmó que el juzgado autorizó la destrucción de las falanges en plena autopsia, dijo que "a día de hoy" la familia desconoce "quienes intervinieron en la autopsia y qué pruebas estuvieron haciendo durante cinco días".

Esta circustancia es, para este letrado, fundamental para sabr por qué procedimientos los expertos que analizaron el cadáver de la joven pudieron dictaminar que murió de muerte natural, cuando hay indicios que apuntan a que fue estrangulada.

Por este motivo, Bolaños dice no entender como la jueza Ferrer ha encargado a los mismos forenses que realizaron la primera autopsia la redacción de un informe sobre si es pertinente una segunda autopsia. La decisión sobre si debe realizarse esta nueva autopsia ha de ser tomada por la jueza Ferrer esta misma semana.

Lo padres de la joven aseguran que su hija fue asesinada en 1993 por varios individuos, tal y como indica el informe del forense Luis Frontela. La autopsia oficial, por el contrario, afirmaba que la joven murió de forma natural y debido a una parada cardiaca propiciada por la mezcla de alcohol y drogas.