En la evaluación de la campaña del año pasado fueron las natas, seguidas de las cremas, las que en mayor porcentaje incumpliern la norma. Sin embargo, no se detectó en ningún caso la presencia de salmonella.

De estos resultados se deduce, según expertos de la Dirección de Servicios de Consumo, que las contaminaciones se deben fundamentalmente a manipulaciones poco higiénicas.

Además de la limpieza personal, el frecuente lavado de manos, el pelo recogido y la vestimenta limpia, es muy importante separar los alimentos crudos de los cocinados, para que éstos últimos no se contaminen, limpiar adecuadamente las mesas, cuchilos y recipientes.

También es necesario cocinar bien los alimentos, a temperaturas superiores a 60 grados, y evitar el contacto de animales domésticos, roedores y moscas.

Asimismo, es fundamental que los alimentos estén correctamente refrigerados y no se rompa la cadena del frío. Cuando se quiera descongelar, hay que hacerlo en el refrigerador y nunca a temperatura ambiente.

Si se pretende congelar un alimento cocinado, es preciso enfriarlo de forma rápida y no dejarlo enfriar durante horas ates de congelarlo. Para ello, pueden emplearse recipientes con agua y hielo. Por último, en época de calor no se debe mantener la comida fuera del frigorífico más de una hora antes de utilizarla.