López Garrido aseguró a Servimedia que la oposición debe comprometerse a recuperar el "impulso democrático" que en su día comandó Felipe González, para intentar contrarrestar la falta de credibilidad del Gobierno y de las instituciones.

"Nuestra democracia", indicó,"está necesitada de un nuevo impulso y ha quedado demostrado que el Gobierno socialista es incapaz de darlo. Por este motivo, y a la espera de que se produzcan las convocatorias electorales correspondientes, la oposición, y en concreto Izquierda Unida, debe ocupar un papel protagonista en cuanto a las propuestas de impulso democrático".

Según el portavoz adjunto de IU en el Cámara Baja, ese impulso debe traducirse en fórmulas que, entre otros aspectos, faciliten el desarrollo autonómico, potencien laslibertades públicas "deterioradas durante la etapa de Corcuera" y articulen mecanismos contra la corrupción y a favor de la honestidad pública.

López Garrido destacó que la clave está en que la falta de credibilidad que ahora manifiesta el Gobierno "no empañe o no contamine" la credibilidad del resto de las instituciones democráticas.

Tras reflexionar sobre los últimos acontecimientos políticos y sobre la tormentosa sesión parlamentaria del pasado jueves, López Garrido dijo que la crispación y lo insultos surgidos en el debate constituyen un "síntoma" de la enfermedad que aqueja a la vida política del país.

CULTURA DEL PELOTAZO

En este sentido, hizo hincapié en que a la actual situación se ha llegado como consecuencia de casos de corrupción como los de Rubio y Roldán, que no han sido inventados por la prensa, y que se enmarcan en un periodo "gravísimo de la honestidad y transparencia de la vida pública, y de lo que se ha dado en llamar la 'cultura del pelotazo".

Para López Garrido, la orrupción ha coincidido en el tiempo con un periodo de mayoría absoluta "mal administrada" y con momentos de impunidad política que impidieron cortar de raíz estos males.

A su juicio, uno de los problemas es que no se ha llegado hasta las últimas consecuencias en las responsabilidades políticas, que incluso han tocado directamente al presidente del Gobierno. "Se trata de una asignatura pendiente que está ahí y que ha incidido en una falta de credibilidad del Ejecutivo, que le hace tremendamente difíci la gobernación", resaltó.

La falta de credibilidad del Gobierno, añadió, se traslada también a las instituciones, "y al final la gente siente una cierta desesperanza de que es toda la clase política y las instituciones las que están salpicadas por los casos de corrupción".

"A la vista de esta situación, las elecciones autonómicas y municipales de la primavera próxima se van a convertir necesariamente en unos comicios que tendrán una lectura nacional, al igual que ocurrió con las europeas", conclyó.