López Garrido criticó duramente al PP por pedir la comparecencia del presidente del Gobierno a raiz de la condena a tres policías por detención ilegal de los dos militantes del PP acusados de agredir a José Bono en una manifestación en enero de 2005.

El objetivo del PP es, en opinión del PSOE, encumbrar este asunto para denunciar una supuesta "crisis de la democracia", y dar la imagen de un país "donde se persigue a la gente y se cuestiona el Estado de Derecho".

Son afirmaciones, dijo en un momento de su comparecencia, que los ciudadanos sólo están aconstumbrados "a escucharlas de Batasuna", pero no del principal partido de la oposición, que tiene vocación de Gobierno.

López Garrido sentenció que los dirigentes del PP parecen estar "en otro mundo, distinto al de la gente normal", y por eso Eduardo Zaplana pide "dimisiones por gallardía", como la del ministro de Interior cuando sucedieron los hechos, José Antonio Alonso.

Insistió en que la sentencia deja claro que los agentes condenados "no recibieron instrucción política" y, por tanto, no se puede vincular al ministro con lo sucedido.

Emplazó además al PP a condenar lo que considera una agresión "evidente" a José Bono mientras era ministro de Defensa, pese a que la sentencia considera probado que no hubo tal agresión.

En opinión de López Garrido, aunque la investigación haya demostrado que Bono no fue agredido, el clima que se pudo ver ese día en la manifestación y las imágenes de Bono demuestran una "violencia extrema" contra él de la que tuvo que ser protegido y en la que se pudo llevar golpes.

En esas circunstancias, añadió, los agentes de policía no necesitan instrucciones para actuar, sino que actúan de oficio para proteger a un ministro al que ven en riesgo de ser agredido.