En declaraciones a Servimedia, López Garrido coincidió con el presidente andaluz en que el pacto sólo era para gobernar, pero precisó que lo que se esconde tras el acuerdo, es decir, la "cultura de la unidad de los progresistas", hay que mantenerlo.

"El pacto con Izquierda Unida se hizo, no por una cuestión puramente utiliaria, sino porque significaba también dar un paso hacia adelante en una cultura de enfrentamiento antagónico entre fuerzas de izquierda que ha sido un desastre para la izquierda", indicó.

Además, subrayó, ese pacto "tuvo la virtualidad de hacer que Izquierda Unida se moviese en una buena dirección, aceptando claramente un programa de gobierno europeísta, muy distinto a la política que había venido manteniendo hasta ese momento".

En su opinión, no hay que darle a la coalición liderada por Francisc Frutos "pretextos para volver a la política antieuropea o a la política antisistema, sino mantenerla en un espacio político de colaboración".

En cualquier caso, el dirigente de Nueva Izquierda destacó que cualquier acuerdo de futuro entre las fuerzas progresistas debe hacerse sobre la base de la coherencia entre los programas y las visiones de la realidad de las fuerzas políticas.

"Lo que ha sucedido en estas últimas elecciones es que, como el enfrentamiento era antagónico, sencillamente hubo setores de votantes que no se lo creyeron porque la unidad de la izquierda no se puede construir sobre la improvisación o sobre la incoherencia de posiciones", concluyó.