En una entrevista con Servimedia, Juan Fernando López Aguilar insistió en que la consulta es "jurídicamente inviable" y se mostró convencido, además, de que el lehendakari "lo sabe, y lo sabe desde siempre".

Es inviable, explicó, en primer lugar porque convocar una consulta popular no está al alcance de un presidente autónomico sin autorización del Gobierno de la nación, de acuerdo con la distribución constitucional de competencias y con la ley que regula la convocatoria de referendum.

La Constitución, aseguró, proporciona "instrumentos de reacción implacables" para impedir que esa consulta tenga lugar, "y no va a tener lugar".

"El Gobierno de la nación puede, sencillamente, ejercitando una impugnación ante al Tribunal Cosntitucional de un acto que no sea conforme con la Constitución, suspenderla ejecutivamente, de modo que no tenga lugar", subrayó.

Añadió, en este sentido, que en España nunca nadie ha desoido resoluciones del Constitucional, "y esperemos que no pase" aunque, en ese caso, "también hay instrumentos de reacción".

Si ante esa evidencia el lehendakari opta por "subterfugios", como una consulta no vinculante jurídicamente, será además "inútil e irrelevante", porque no habrá garantías por parte de una administración electoral que verifique el cómputo y el resultado.

Sería "social y políticamente irrelevante", exactamente igual que poner "mesas petitorias" por el territorio vasco, de forma que el resultado no sea fiable ni reconocible por los ciudadanos.

Todo obedece, en su opinión, a que el lehendakari "se ha ido ofuscando progresivamente" y ha terminado metido "en un laberinto del que no sabe cómo salir".

López Aguilar coincide con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en que "la ratonera" en la que se ha metido Ibarretxe sólo puede ser superada por unas elecciones que repartan cartas entre los partidos y expresó, en ese sentido, su deseo de un "excelente" resultado para los socialistas vascos encabezados por Patxi López.