Según la fiscal, el procesado agredió entre noviembre de 1991 y septiembre de 1993 a 16 mujeres, algunas de ellas menores de edad, a las que atacaba normalmente por la espalda cuando caminaban por la calle o salían de estaciones de metro de Barcelona y de poblaciones del área metropolitana.

La pena solicitada para Manuel González es de 160 años de cárce por un delito de asesinato consumado, cuatro de asesinato frustrado, tres de homicidio en grado de frustración, cinco delitos de lesiones, uno de amenazas y otro de agresión sexual. El acusado es conocido como "el loco del chándal" porque vestía esta prenda deportiva cuando atacaba a sus víctimas.

La mujer que murió a causa de las heridas, Carmen Díaz, de 31 años, fue supuestamente abordada el 19 de septiembre de 1993, cuando se dirigía a una taquilla del metro.

Durante la vista, el acusado admiió que había escrito una carta recientemente a un amigo suyo desde la cárcel, en la que le pedía que imitase sus actos para hacer creer a la Policía que el auténtico autor aún seguía actuando.

Manuel González justificó en el juicio que un volante médico a su nombre que, según la fiscal, se le cayó de su cartera en un forcejeo con unos peatones que intentaron detenerle tras su última agresión, se le había extraviado en el mismo lugar durante una noche de borrachera.

La fiscal destaca en su informeque el acusado posee una personalidad "psicopática, narcisista y con tendencias cercanas al sadismo", mientras que los forenses aseguraron que no sufre una enfermedad mental, aunque se distingue por una frialdad afectiva y un complejo de inferioridad respecto a las mujeres.