Xavi Blanch, un invidente residente en el municipio tarraconense de Tortosa, se dirigió a la Junta Electoral después del referéndum sobre la Constitución de la Unión Europea celebrado el pasado 20 de febrero.

Denunció que no había podido ejercer su derecho al voto en condiciones de igualdad con el resto de los ciudadanos por no existir una adptación en braille que haga accesible a los ciegos las papeletas de las diferentes opciones.

"El pasado día 20 de febrero no pude votar por mí mismo, al no existir papeletas identificables por mí, que garanticen en secreto y libre ejercicio de mi derecho al voto", decía Blanch en su escrito.

La inexistencia de papeletas accesibles, asegura, "supone un menoscabo del derecho fundamental de sufragio para este colectivo; una conculcación del principio de igualdad y no discriminación, y un incumplimiento por parte de los poderes públicos de su deber constitucional de garantizarlo".

Por todo ello, solicitaba a la Junta Electoral Central las medidas necesarias para adaptar las papeletas. "Si así no ocurriera, sería privado por vía de hecho de mi derecho de sufragio en condiciones de igualdad", advertía en su escrito.

La Junta Electoral ha enviado esta petición al Gobierno, al Congreso de los Diputados y al Senado "a efectos de que, si lo estiman oportuno, ejerzan su facultad de iniciativa legislativa".