La jerarquía eclesiástica ha actuado "como un partido político", denunció Llamazares en una rueda de prensa, una situación "sin precedentes" de la que la izquierda debe extraer una lección importante: que se rompe la supuesta neutralidad de la Iglesia católica.

No se trata de "discriminarla", prosiguió, sino de "situarla en sus justos términos", en el ámbito de "las creencias y de lo privado", y dejar claro que quienes determinan las leyes son la mayoría parlamentaria y social, en ningún caso una "minoría" que se opone a los derechos de otras personas.

Llamazares indicó que la representación popular tampoco está en las familias, algo que sólo ocurría "con el generalísimo Franco", sino que ahora votan los ciudadanos libre e individualmente.