Llamazares precisó en rueda de prensa que aún se tienen que reunir los órganos de dirección de la coalición y también el grupo parlamentario, en el que está integrada Iniciativa per Catalunya, para decidir la posición en el caso de que la iniciativa se someta a un debate de toma en consideración en el pleno del Congreso.

El criterio que mantiene a día de hoy la coalición es que el "plan Ibarretxe" debe ser aceptado a trámite por la Mesa del Congreso, porque el Tribunal Constitucional sentenció que este órgano no puede bloquear iniciativas y que su función es meramente la de ordenación interna del funcionamiento de la Cámara.

De ser así, el "plan Ibarretxe" se sometería a un primer debate de toma en consideración en el que necesitaría mayoría absoluta para comenzar a ser tramitado, y en el que PSOE y PP ya han anunciado su voto en contra.

En ese debate, la coalición también rechazará el plan, según anunció Llamazares. Aunque no precisó si el voto será contrario o abstención, aseguró que él es partidario del "no" y así lo defenderá en los órganos de dirección.

Llamazares argumentó que el plan de Ibarretxe "no es el de Izquierda Unida", porque no cuenta con el apoyo necesario dentro del País Vasco, que debería ser, en su opinión, al menos igual al que sacó adelante el actual estatuto de autonomía.

UN PLAN "INMADURO"

Ese, y no otro, es el principal problema que la coalición observa en el "plan Ibarretxe", que es "inmaduro" y, por tanto, no válido para regular la convivencia entre vascos y de todos los vascos con el resto de España.

Pese a rechazar la iniciativa del Parlamento vasco, Llamazares evitó pronunciarse sobre posibles escenarios futuros y reiteró su petición de diálogo a todas las partes para evitar lo que considera una creciente crispación debida, fundamentalmente, a la proximidad de las elecciones vascas.

Llamazares reconoció que el respaldo de Ezker Batua al "plan Ibarretxe" no le satisface, porque hubiera preferido "un voto más matizado", que hubiera marcado más el posible papel de la coalición como "puente" entre nacionalistas y no nacionalistas.

Sin embargo, evitó hablar de "cruzadas" internas y aseguró que Ezker Batua y el resto de Izquierda Unida coinciden en dos puntos esenciales, que el plan de Ibarretxe "no es nuestro plan" y que le falta capacidad para regular la convivencia.

Discrepan en el voto, explicó, porque Ezker Batua quiso permitir la tramitación del plan en el Parlamento vasco y permitir que llegue al Congreso de los Diputados. Pero allí, en el trámite definitivo, la posición de toda Izquierda Unida será de rechazo, aseguró Llamazares.

Para hablar de cómo debe tratarse el "plan Ibarretxe" y también de otros asuntos que centrarán la vida política de este nuevo año, Llamazares ha pedido una entrevista con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que espera se celebre antes de comenzar el periodo ordinario de sesiones, el próximo 1 de febrero.