Llamazares entiende que si el partido en su conjunto compromete su actuación, este asunto pasará de ser "un caso de corrupción" a ser "el caso de corrupción del PP".

Además, esta actitud motiva y justifica que se diseñe una estrategia defensiva basada en la idea de que "el mejor ataque es la mejor defensa".

El PP queda así "implicado" en este caso como organización política porque "defiende sin ningún tipo de ambages la inocencia presente y futura de todos sus miembros y en particular, de algunos que están en la dirección" del partido.

Llamazares piensa que el PP también "se equivoca" cuando aplica una doble "vara de medir" y considera "que son buenas las reuniones del PP con la judicatura y que son malas las reuniones de otros partidos con algunos jueces". "Nadie va a entender una posición tan cínica", sentenció.