EL LIDER DE "EDELWEIS" NIEGA LAS PRACTICAS HOMOSEXUALES CON NIÑOS QUE SELE IMPUTAN

MADRID
SERVIMEDIA

Eduardo González Arenas, "Eddy", cabecilla de la secta "Edelweis", negó hoy, durante la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Madrid, que en el grupo se iniciara a los niños en prácticas homosexuales y atribuyó la denuncia que sobre él pesa a un montaje de los familiares.

El fiscal acusa a González Arenas y otros 11 monitores de la secta de formar un grupo de montañismo, desde 1979 hasta 1984, año en que se desarticuló el club, para aoctrinar a los niños y practicar con ellos el acto sexual, por lo que solicita 450 años para el cabecilla y 225 para los demás por 75 delitos de corrupción de menores.

La petición de pena es mayor para González Arenas por reincidencia, ya que fue condenado con anterioridad en cuatro ocasiones, por estafa (1971 y 1976), escándalo público (1979) y corrupción de menores (1982).

"Eddy" fue el primero en prestar declaración, para negar todas las acusaciones que se le imputan, y aseguró que jamás ha teido relaciones homosexuales, no sólo en el seno de "Edelweis", sino también en su vida personal.

"No me explico cómo los niños pueden decir esas cosas", comentó. Atribuyó las acusaciones a un montaje de los propios padres de los, por aquel entonces, pequeños, "a los que nunca tuve intención de apartar de sus familias".

El procesado explicó que las historias que contaban sobre la existencia de los planetas "Nasar" y "Delhais" (donde la vida discurre en libertad y al que se llega si se alcanza un etado de perfección a través del amor con sus monitores y compañeros) eran "cuentos", que los mismos niños le pedían que narrase para amenizar las jornadas de excursión.

"Todo lo que se dice sobre los planetas es pura fantasía", manifestó. "Ningún niño español es tan tonto como para creerse esas historias".

Sin embargo, Millán Arroyo, "Milli", uno de los monitores de la secta, de la que entró a formar parte cuando tenía 13 años, contradijo su testimonio y aseguró que entendió esas narraciones "com algo cierto, porque además leí un libro en el que se narraba la historia y que me aconsejó Carlos de los Ríos (el segundo de la secta)".

"Posteriormente, González Arenas llegó al grupo y se presentó como un representante de la misión 'brahma'. Decía que su misión era ayudar a la humanidad y formar a gente pura, regida por principios de amor", explicó.

No obstante, "Milli" también testificó que nunca tuvo constancia de que se practicase el sexo entre los miembros de la secta y que si en un princiio así lo afirmó, fue "porque pensaba que diciendo ciertas cosas no sería procesado".

Reconoció asimismo haber tenido una influencia manifiesta de "Eddy", pero siempre "para principios de justicia y amistad", aunque era duro para él decir que le había "lavado el cerebro".

"En muchas ocasiones hablamos de las relaciones sexuales", continuó. "No decía que era bueno mantenerlas, pero tampoco que fuese malo; pero no era adoctrinamiento, porque hablábabmos de una forma esporádica".

"Milli" afirmóademás que fue consciente de que existieron discrepancias entre Carlos de los Ríos y "Eddy" por la explotación económica que el cabecilla de la secta ejercía sobre alguno de los miembros, entre ellos el propio Carlos, que asegura que le entregaba su sueldo íntegro.

González Arroyo se defendió manifestando que siempre trabajó desde que llegó a Madrid en el año 79, que esas aseveraciones no eran ciertas y que lo único que intentó fue que los que tuvieran más dinero aportaran más al grupo, ya que cada motañero se pagaba sus viajes en la medida de sus posibilidades.

"Mi intención era moldear a los jóvnes en contra de una educación clasista", dijo, "y además lo conseguimos".

El procesado negó también que en la secta existiera una jerarquía, que nunca tuvo un papel de mando y que los "guardias de hierro" y "diputados", terminología con la que se distinguían a algunos de ellos, "eran cosas internas de los niños para solucionar sus problemas".

"Eddy" no llegó hablar de las prácticas militares qu algunos medios de comunicación atribuyeron a la secta y, cuando el abogado defensor de Carlos de los Ríos hizo alusión en el interrogatorio a su procedencia de una familia de militares, dio grandes muestras de enojo y se negó a seguir contestando a cuestiones similares.

Pasadas las cuatro de la tarde continuó el interrogatorio al resto de los procesados, entre los que se encuentran Ignacio de Miguel (hijo del sociólogo Amando de Miguel), Javier Bueno Huertas, Eduardo Gómez Ballesteros, José Luis Mario Martínez, Antonio Gutiérrez Rodríguez, José Garrido Gil, Juan Iriarte Aguirrezabala y Javier Marcos Martínez.

(SERVIMEDIA)
23 Sep 1991
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