LIBRO REINA. DOÑA SOFIA AFIRMA QUE TUVO QUE AJUSTAR MUCHO LA ECONOMIA DOMESTICA EN LOS PRIMEROS AÑOS EN LA ZARZUELA

MADRID
SERVIMEDIA

La reina doña Sofía afirma en el libro "La Reina", de Pilar Urbano, que en los primeos tiempos de residir en la Zarzuela tuvieron que ajustar mucho su economía doméstica, y ello a pesar de que los gastos de la residencia, personal y viajes oficiales corrían a cargo del Patrimonio Nacional.

"Cuando la boda [14 de mayo de 1962], precisa, hubo un regalo económico fuerte de la Diputación de la Grandeza de España. Y de esa suma es de lo que vivíamos. Teníamos una vida muy austera. El otro día estuvimos repasando papeles, y vi que en los años sesenta nosotros gastábamos setenta mil pesetasal mes, para todo: comida, vestidos, peluquerías, viajes nuestros, salir por ahí...".

Por otro lado, la Reina hace referencia a Franco en varias ocasiones a lo largo del libro. Así lo describe la primera vez que lo conoció en El Pardo, después de su boda: "Encontré a un Franco muy distinto de la idea que yo me había hecho, por la prensa, y por las opiniones que oía: un caudillo, un generalísimo soberbio, un dictador... Me lo imaginaba duro, seco, antipático. Y encontré a un hombre sencillo, con ganas e agradar, y muy tímido".

Luego, la reina dedica varias páginas para hablar de las relaciones que tuvieron con el anterior jefe del Estado en los años en los que doña Sofía insiste en que no eran nada, al carecer de estatus y de reconocimeinto oficial.

"La gente pensaba que estábamos padeciendo un humillante sometimiento, que estábamos debajo de la bota de Franco; pero Franco no mandaba sobre el príncipe (Don Juan Carlos), ni trataba de tenderle trampas. Mí marido tomaba las iniciativas, y le proonía y le consultaba lo que iba a hacer, lo que él pensaba que debía hacer. Le exponía un programa, pero no le pedía consejo. Y Franco nunca le dijo no a nada. Claro que el príncipe siempre planteaba cosas razonables. Pero Franco le dejaba hacer. Le quería como a un hijo, es verdad. Yo notaba, aunque Franco no era expresivo, que se alegraba con la presencia de mi marido. Le gustaba verle. Se le ponían brillantes los ojos. Le quería como al hijo que no había tenido".

Después, doña Sofía define el carácer de Franco: "Franco no era brusco, ni hosco. Sí era un hombre muy metido dentro de si, solitario, silencioso, con poca expresividad, y más bien tímido".

En cuanto al trato que mantuvo con Franco, la reina lo expresa de esta manera: "En cuanto a mí, no me humillaba estar bajo Franco. No me sentía dominada por él. Al contrario, siempre me sentí respetada y tratada como quien yo era: siempre me habló como un general habla a una princesa. Y nunca por mi nombre".

La reina precisa que nunca hubo tiratez con la familia de Franco: "Fueron siempre muy amables y correctos con nosotros". Doña Sofía asume plenamente el tiempo que vivieron en el franquismo, porque era la única puerta abierta para que don Juan Carlos llegase a ser Rey y se estableciera la democracia.

"El futuro, de monarquía y de democracia, era ilusionante. ¡Otro desafío! Y vivíamos aquí para intentar conseguirlo. Eso estaba siempre en la mente de mi marido y en la mía. Ése era el tema de nuestras conversaciones. Era una tarea que valíala pena", afirma.

Y más adelante reconoce: "No puedo negar que hemos estado aquí, asegura, viviendo con Franco durante el franquismo, yendo a los desfiles de la Victoria, o a los jardines de La Granja los 18 de Julio, o apareciendo el príncipe detrás de Franco en la plaza de Oriente... Es la historia. No se puede negar. ¡Sería negar nuestra vida! En cambio, en las cosas partidistas, Franco mismo cuidaba de tenerle apartado. Recuerdo que, en actos solemnes del Movimiento, que Franco presidía porque erael jefe nacional, le decía a mi marido: No tiene que asistir, eso no es para vuestra alteza.

(SERVIMEDIA)
25 Nov 1996
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