EL LIBRO "HOTELES LITERARIOS" RECUPERA LA AZAROSA VIDA DE ALGUNOS MITOS DE LA LITERATURA EN LOS HOTELES ESPAÑOLES

MADRID
SERVIMEDIA

Claude Simón describió en su novela "El Palace" la vida de los anarquistas en el hotel, situado en la Plaza de Cataluña de Barcelona y que requisaron en 1936 para convertirlo en su cuartel general. El hotel que describe Simón con el nombre ficticio de Palace no es otro que el antiguo Colón, hoy sede del Banco Español de Crédito en la Ciudad Condal.

La vida, especialmente la amorosa, de literatos y artistas en el Colón es una de las casi mil historias recuperadas porla periodista francesa Nathalie de Saint Phallen en su guía "Hoteles literarios", de la editorial Alfaguara.

"Picasso durmió en el Hotel Oriente de Barcelona, donde Walter Benjamín tenía pesadillas únicamente cuando regresaba a su cuarto tras volver de las Baleares", asegura la escritora.

En el Oriente también dejó abandonada George Orwell a su mujer para irse a luchar contra los franquistas en las colinas cercanas al Ebro, episodios que recoge en su novela "Homenaje a Cataluña".

EL RITZ Y EL PLACE

El Ritz de Barcelona, en la Gran Via dels Corts Catalanes, y el de Madrid, en la Plaza de la Lealtad, son dos de los hoteles que más recuerda De Saint Phallen. En el barcelonés, los radiadores crujían cuando sus junturas se enfriaban, y en el madrileño, la recepción recogía toda clase de tarjetas obscenas de clientes que deseaban enviarlas a cualquier lugar del mundo.

Pero el escenario con mayor descripción es el Hotel Palace, de la Plaza de las Cortes de Madrid, donde la periodista describealgunos de los ilustres ocupantes desde el paso en 1915 de Vicente Blasco Ibañez, el autor de "Sangre y arena".

"La cúpula de cristales multicolores del vestíbulo del Palace", dice De Saint Phallen, "ha hecho alzar la nariz a una pléyade de escritores, desde Jorge Luis Borges a Miguel de Unamuno, Alejo Carpentier, Sinclair Lewis, Octavio Paz, Alberto Moravia, Vargas Llosa, Ortega y Gasset o Ernest Heminway".

El propio Heminway "hizo" entrar y salir del Palace, que comparte con el Congreso de Dipuados gran parte de la Plaza de las Cortes, a dos de sus personajes de "Fiesta", Brett y Jake.

MALLORCA Y LAS MUSAS

La isla de Mallorca no se limita a conservar sólo el recuerdo de los amores de George Sand y Federico Chopin en la Cartuja de Valldemosa. Un argentino adinerado, Alan Diehl, invitó durante siete años a artistas y escritores famosos para que se alojaran en el lujoso hotel Formentor, en el puerto de Pollensa (Mallorca).

Diehl creó las "Semanas del conocimiento", para que "sus" escritres, poetas y filósofos disertaran en el escenario mallorquín, al que también se retiró Winston Churchill.

A finales de los años cincuenta, por iniciativa del poeta y artista Tomeu Buadas se organizaron las "Poetry Conversations of Formentor", que precedieron al "International Colloquia on the Novel", que culminarían a su vez con el "Formentor Prize for Novel". Este fue premio mejor dotado de la época (10.000 dólares, con garantía de publicación en todas las lenguas); entre otros, Henry Miller lo reciió en 1961.

LA PAMPLONA DE HEMINWAY

Ernest Heminway, amante de la cultura española y de la fiesta nacional, escribió a Fitzgerald desde el hotel Quintana, de Pamplona: "Para mí el paraiso debería ser una basta plaza donde yo ocuparía dos asientos de barrera; con un río de truchas en el exterior de dicha plaza, en el que nadie tendría derecho a pescar, y dos bonitas casas en la ciudad. En una tendría a mi mujer y a mis hijos, y sería monógamo y les amaría fielmente, y en la otra tendría a mis nueve ecantadoras amantes, una en cada uno de los nueve pisos".

En el otro extremo de España, Rainer María Rilke llegó al hotel Reina Victoria de Ronda en el invierno de 1912, procedente de Sevilla y Córdoba, con la intención de permanecer allí ocho semanas. Una semana después escribe a su amiga Mary von Turn und Taxis, decepcionado con Andalucía y hasta consigo mismo.

Los dueños del Reina Victoria han convertido la habitación de Rilke (la número 34) en un pequeño museo, que contiene ahora algunas fotosy algunos facsímiles de las cartas que escribió desde allí.

Veinte años después de la estancia de Rilke y atraido por la temporada taurina, será Heminway el que acuda al hotel rondeño, quedando maravillado hasta aconsejarlo en su novela "Muerte en la tarde". El nómada autor norteamericano escribiría: "es allí donde habríais de ir si alguna vez váis a España, de luna de miel, o escapando de algo".

(SERVIMEDIA)
03 Mayo 1993
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