En el sector eléctrico el informe señala que si bien es cierto que las tarifas descendieron hasta un 15,54 por ciento en el último cuatrienio, asegura que la reducción no es consecuencia de la liberalización, sino de otros inicadores, entre los que cita el buen comportamiento de los tipos de interés, de la reserva hidráulica y del nivel de consumo.

Además, los organizaciones de consumidores destacan que los usuarios domésticos son los que menos se han beneficiado de la disminución global de los tarifas (un 10,5 por ciento) y son los que pagan la energía más cara.

Asimismo, el documento advierte de que la nueva normativa que regulará el servicio al consumidor en el nuevo marco competitivo puede suprimir las escasas gaantías existentes hasta dejar al usuario desprotegido.

La situación en el sector de los hidrocarburos no es más positiva, ya que la revista destaca que la liberalización en el sector de los carburantes no sólo no ha traido consigo una rebaja en los precios, sino que éstos han subido.

En este sentido, señala que un litro de gasolina cuesta hoy cerca de un 20 por ciento más que cuando entró en vigor la Ley de Hidrocarburos, hace algo más de un año. Añade que tampoco ha provocado una apertura real dl mercado, ya que sostiene que dejó de ser un monopolio para consolidarse en la práctica como un oligopolio en el que las decisiones las toman dos o tres grandes grupos y son asumidas por el resto de operadores.

En el gas la libre competencia está también lejos de ser realidad para los usuarios domésticos, que hasta después del 2010 no podrán elegir a la compañía suministradora. Según "Ciudadano". tampoco la liberalización ha supuesto una gran apertura del sector del gas butano, donde el operador domiante concentra más del 90 por ciento del mercado.

TELECOMUNICACIONES

En el área de las telecomunicaciones, el informe no observa que la liberalización acometida haya supuesto beneficios significativos para los usuarios, ya que en la telefonía pese a ser más baratas las llamadas provinciales e internacionales los consumidores pagan más que antes por el servicio telefónico, puesto que en las llamadas metropolitanas, que suponen el 75 por ciento de la factura, la tendencia no es la misma.

Respectoa la telefonía móvil, aunque los aparatos prácticamente se regalan en las espectaculares ofertas de captación de clientes que acometen todos los operadores, las tarifas son, en muchos casos, todavía caras. Llamar a un móvil a según qué horas puede costar más que realizar una llamada desde un teléfono fijo a Islandia.

La liberalización tampoco ha facilitado de momento el acceso a Internet. Al igual que en otros sectores, los consumidores domésticos no gozan de los mismos privilegios que las empresas, y que no disponen de tarifa plana, por lo que acceden a este servicio por la red telefónica básica mediante una llamada metropolitana, lo que encarece la comunicación.

Sin embargo, la previsible extensión de Internet en el futuro puede beneficiar el proceso de liberalización de otro sector, el de Correos, merced al comercio electrónico, que precisa de una importante red logística.

Finalmente, el informe hace referencia al sector del transporte, para constatar que en el caso del aéreo la aparición e nuevas compañías ha permitido reducir el precio de los billetes pero ha aumentado el caos circulatorio y generado problemas añadidos a los usuarios.

Sobre el transporte por carretera y ferrocarril, critica que el proceso de prorroga de concesiones a los gestores de autopistas se realice a cambio de "exiguas" rebajas en los peajes y que se estén promoviendo nuevos proyectos de construcción de autopistas "de pago".

Por el contrario, la organizaciones de consumidores consideran que la red de ferroarril de alta velocidad puede experimentar en los próximos años una mayor competencia en los precios que redunde en beneficio de los viajeros.