Confebask expresó también su admiración por "el compartamiento ejemplar" de los miembros de la empresa Ikusi a lo largo de este "extenso y triste proceso".

La confederación señaló que el secuestro y la extorsión "suponen un ataque vil, indignante y sin sentido a toda la sociedad vasca, atentan contra los intereseseconómicos de nuestra comunidad y minan las energías que necesitamos para superar la crisis que padecemos".

Los empresarios indicaron que esperan que éste haya sido el último ataque a la convivencia pacífica "que ansiamos todos los vascos, como ha quedado patente en la masiva y expresiva reacción social que se ha producido como rechazo indudable a toda acción violenta que altere la convivencia pacífica de este pueblo".

Finalmente, los empresarios vascos se mostraron decididos a continuar aportand su esfuerzo "para sacar el país adelante y no dejaremos que una minoría enloquecida dirija los destinos de Euskadi y condicione su futuro".