Al ser preguntado sobre este asunto en una rueda de prensa, Rodríguez Zapatero pidió a todos los partidos y también al Gobierno un esfuerzo por respetar "de manera real y sincera" las decisiones judiciales, y aseguró que esta reflexión sería idéntica si el Supremo hubiera decidido lo contrario.

El Gobierno, recordó, fue advertido por el propio Supremo de la posible ilegalidad de la reincorporación de Gómez de Liaño a a carrera judicial y, a pesar de todo, "se arriesgó" a tomar una decisión que podía generar un conflicto entre ambas instituciones.

"Yo no voy a poner más leña en el fuego", dijo el líder socialista, "porque creo que conviene preservar muchísimo la sensación de independencia de la Justicia, pero una medida inteligente y prudente, que contaría con mi apoyo, sería dejar la cuestión aquí. Que el Gobierno aceptara, aún en la discrepancia, la resolución del Supremo. Sería un gesto inteligente y nítidamenteconstructivo para preservar lo mejor del Estado de Derecho".

Zapatero pidió al Gobierno que abandone la cuestión "sin excitar las pasiones", y que sea consciente de que la contumacia demostrada hasta ahora "no ha sido buena para nadie. Ni para la Justicia, ni para el Gobierno ni, si me apuran, para el señor Gómez de Liaño".

En consecuencia, le aconsejó "que reflexione, que sea sensato, que escuche a los mejores juristas", y que se dé cuenta de que no puede "hacerlo todo" porque en todas sus decisones y en todas sus competencias, incluida la del derecho de gracia, el Ejecutivo debe estar sujeto a la legalidad, como todos los poderes públicos.

"Pero todo el mundo puede volver a equivocarse, otra vez. En mejor tono no se lo puedo advertir", concluyó. "No se equivoquen nuevamente, no perjudiquen más la imagen del Gobierno, la del Supremo, y la propia del ex juez Gómez de Liaño".