Los numeroso asistentes, que abarrotaron la Sala de lo Penal del Supremo y que habían guardado un estricto silencio durante la lectura pública del fallo condenatorio, se apresuraron a salr de la estancia para esperar allí al ex juez y manifestarle su apoyo con un aplauso que se hizo notar por los pasillos de la segunda planta del Alto Tribunal.

Gómez de Liaño, que en todo momento estuvo acompañado de su mujer, la fiscal María Dolores Márquez de Prado, recibió también abrazos y palabras de solidaridad por parte de amigos, familiares y compañeros de la carrera judicial.

"Ya ha acabado todo", decía Gómez de Liaño a alguno de los que se le acercaban para saludarle y abrazarle, mientrs su mujer aguardaba en silencio, unos pasos más atrás.

FOTOCOPIAS, POR FAVOR

Mientras, en la planta baja, donde se encuentra el Gabinete de Prensa del Tribunal Supremo, algunos curiosos se acercaban para solicitar una copia de la sentencia condenatoria, ante el estupor de las dos encargadas de esta oficina de información.

"Mire, primero tenemos que dar copia a los periodistas, porque esto es un gabinete de prensa; si sobran, le daremos copia a usted", explicaba una de las encargadas del Gabinee de Prensa, quien más tarde exclamó: "¡Esto es increíble!, se me acerca una señora mayor, que ni es abogada ni periodista, ¡y me pide una copia de de la sentencia!".

Y es que, tras la lectura del fallo, el presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Gregorio García Ancos, había dicho que aquellos que estuvieran interesados en la sentencia podían recogerla a través del gabinete de prensa de este organismo judicial.