"Este indulto es un insulto al Poder Judicial y una ruptura muy grave de las reglas de juego del Estado de derecho y de la separación de poderes en una democraca", dijo en los pasillos del Congreso.

López Garrido acusó al Ejecutivo de "desoír" al Tribunal Supremo al indultar a un juez que comete "el peor delito que podía cometer, la prevaricación", y vaticinó que esta decisión "resquebrajará" la confianza de los ciudadanos en la justicia.

Le reprochó además el envío de un mensaje "aterrador" a la sociedad: "cuando el delito se comete a favor del Gobierno no pasa nada porque después vendrá el indulto".

López Garrido se mostró convencido de que el Ejcutivo ha sumergido "el único indulto que le interesaba" en uno general, amparándose además en la Santa Sede. "Al final habrá que pensar que es el papa Wojtyla el que ha indultado al juez Gómez de Liaño", ironizó.