Asimismo, Javier Gómez de Liaño aseguró que su conciencia está "más tranquila que ayer y antes de ayer", y añadió: "Deseo de todo corazón que la conciencia de los dos magistrados que me han condenado esté igual de tranquila que la mía".

Gómez de Liaño se refería con estas palabras a los magistrados Gregorio García Ancos y Enrique Bacigalupo, de los que dijo que son dos magistrados que "estaban incursos en una clarísima falta de imparcialidad", que ha quedado demstrada en el fallo de hoy.

Asimismo, el ex juez de la Audiencia Nacional explicó que se acercó al Tribunal Supremo "con muy escasa confianza de un resultado favorable", y agregó que "en estos momentos no cambio mi toga por las solemnes togas de los dos magistrados que me han condenado".

Javier Gómez de Liaño hizo estas declaraciones a las puertas del Tribunal Supremo, tras la lectura pública del fallo, acompañado por su mujer.