En declaraciones a la Cope, Gómez de Liaño señaló que le "ntristece" ese aniversario y aseguró que la decisión del Tribunal Supremo de rechazar su recusación contra los tres magistrados de la Sala Segunda que tienen que juzgarle por tres delitos de prevaricación supuestamente cometidos durante la instrucción del "caso Sogecable" le fue comunicada por teléfono.

El magistrado dijo que cree en la justicia y "seguiré creyendo. Un país no puede ser grande si su justicia no es medianamente grande. Es verdad que las encuestas en este sentido son muy negativas, hemo empeorado desde noviembre del 98 a junio del 99, porque si entonces era el 70 por ciento de gente el que creía que la justicia no era igual para todos, me parece que el día de ayer ese porcentaje que ha subido al 80 por ciento".

En su opinión, "la justicia al final tendrá que resplandecer, aunque admito que pueda haber ciertas dosis de ingenuidad en estas afirmaciones mía. Es cierto que en este procedimiento que yo estoy experimentando, el canon de imparcialidad exigible no opera, y esto es muy lamenable. Me parece que se ha retrocedido notablemente en lo que es la tendencia o la aspiración a que cualquier ciudadano tenga derecho a un tribunal con todas las garantías".