Lo más relevante del último trámite de esta ley, que ha obtenido el respaldo unánime del Parlamento, fue que no salió adelante la enmienda que introdujo CiU en la Cámara Alta con los votos del PP, por la que se abría la puerta a que una película sea considerada española, y pueda acceder así a las ayudas públicas, con que el 75 por ciento del equipo creativo del filme sea español o europeo, sin necesidad de que el director posea esta nacionalidad, como señalaba el proyecto.

Finalmente, y tras las quejas públicas de la Asociación de Directores de Cine (ADIRCE), la ley ha quedado en este punto como decía el texto del Gobierno y será condición "sine qua non" que el director sea español o europeo para que una cinta logre el sello de nacionalidad española.

Esta enmienda de CiU, a la que votaron en contra PSOE, IU-ICV y ERC, fue la que acaparó el protagonismo de la sesión de hoy. El socialista Antón Louro afirmó que su grupo votó en contra de este cambio porque la figura del director es "central" e "identifica la obra".

Isaura Navarro, de IU-ICV, explicó que su grupo votaría en contra de la misma porque "una parte esencial de una película es su director, y proteger a nuestros directores es proteger a nuestra industria".

Joan Tardá, de ERC, consideró necesario el tratamiento "diferenciado" del director. "No nos duele reconocer que hay que parapetarse ante algunas invasiones y valores de la sociedad americana", señaló.

El debate de hoy lo siguieron desde la tribuna de invitados reponsables de los principales sectores de la industria audiovisual y rostros conocidos del cine español como los directores Alejandro Amenábar, Alex de la Iglesia y Manuel Gutiérrez Aragón; la presidenta de la Asociación de Artistas e Intérpretes, Pilar Bardem; el presidente de la Federación de Productores (FAPAE), Pedro Pérez, y el secretario de la Unión de Actores, Juan Bosso, entre otros.

De la nueva Ley del Cine destacan los incentivos fiscales a la producción, la transformación del Instituto de Cine en una agencia estatal y la creación de un nuevo fondo para películas en lenguas cooficiales.

También contempla una redefinición de la figura del productor independiente y la flexibilización de la cuota de pantalla, así como un paquete de medidas para facilitar el acceso de las personas con discapacidad a las salas y a las películas.