"Lo que no me parece correcto es generalizar esa impresión, esa imagen de que todo es corrupto, de que todos los políticos están en la política para forrarse el riñón", agregó Torres en declaraciones a RNE. "Creo que hay miles de servidores públicos honestísimos, de los que no se habla, porque la honestidad no es noticia".

A juicio del fiscal general del Estado, es bueno que se destapen las actuaciones de personas que puedan haber actuado inorrectamente en perjuicio de los demás, de la sociedad, "o en detrimento de la honestidad que debe regir en la función pública, pero sin generalizar, sin extrapolar conclusiones que, en definitiva, perjudican al propio sistema democrático".

Por lo que se refiere a la persecución de los delitos ecológicos, Leopoldo Torres manifestó que "el Derecho Penal no puede acudir a todos los casos, que en muchos supuestos son infracciones administrativas -competencia, por tanto, de ayuntamientos y comunidades autnomas-, salvo en los ya irremediables, graves, de contaminación importante, de destrucción de la naturaleza".

"No todos los daños en materia ecológica o en protección del medio ambiente son materia perseguible como delito, sino sólo los más graves", concluyó el fiscal general.