Desde el lunes sólo podrán circular los coches de residentes, transporte público, servicios de urgencias y motocicletas, desde las siete de la mañana hasta diez de la noche, y los transportes de carga y descarga desde las diez de la mañana hasta la una de la tarde.

El tema que más problemas suscita es el horario con el que contarán los comerciantes para cargas y descargas. Los comercios de venta al por mayor, muchos de ellos regidos por ciudadanos de nacionalidad china, utilizan constantemente este servicio y ahora se encuentran con esta dificultad.

El ayuntamiento ha comunicado a los afectados que el Área de Economía les ofrecerá facilidades para abandonar la zona e irse a otras, si lo desean, como polígonos industriales, donde no existen restricciones para la carga y descarga de material.

Según el ayuntamiento, con esta medida se hará frente a la escasez de plazas de estacionamiento, a la contaminación acústica y al alto número de vehículos que circulan por el barrio, al tiempo que se pondrá orden en la carga y descarga.

Durante una primera fase, el área estará controlada por policías municipales y agentes de movilidad, que serán sustituidos posteriormente por unas cámaras que captarán las matrículas de los coches para determinar si son o no de residentes. En el caso de los no residentes, podrán ser multados.

Los vecinos del barrio pueden pedir las tarjetas que certifique que son residentes en las oficinas de atención al ciudadano, a través de Internet o por teléfono.

COMERCIANTES Y VECINOS

La Asociación de Comerciantes y Mayoristas de Centro y la patronal Copyme han expresado su rechazo al cierre al tráfico del barrio de Lavapiés, por considerar que dificultará su actividad y supone una clara restricción de la libertad de empresa.

Según estos comerciantes, que ven peligrar sus establecimientos y puestos de trabajo, las medidas tomadas no son las mejores.

Por lo que se refiere a los residentes en el barrio, hay opiniones para todos los gustos. Mientras algunas asociaciones de vecinos apoyan a los comerciantes, otras no están de acuerdo con sus reivindicaciones.

También hay vecinos que consideran que a partir de ahora no tendrán intimidad, al estar obligados a faciitar las matrículas de los coches de amigos y familiares para vez que acudan a sus casas. Otros, por el contrario, aplauden las restricciones de tráfico acordadas.