Greenpeace denunció hace seis meses que Lapeyre, una de las mayores compañías europeas de productos de carpintería, compraba madera amazónica de origen ilegal a travé de su filial brasileña Eldorado, que opera en el Estado de Pará (Brasil).

Lapeyre se ha dado un plazo de cinco años para culminar su compromiso. De ahora en adelante, la empresa dará trato preferente a los suministradores de madera certificada y exigirá a todos sus suministradores que inicien procesos de certificación independientes y reconocidos por ONG, poderes públicos, organismos técnicos, asociaciones profesionales, etc.

La organización ecologista cree que la decisión de Lapeyre servirá com ejemplo y "será una señal clara de que el sector maderero que opera en la Amazonia debe asumir sus responsabilidades en la protección de la selva amazónica".