El atracador salió herido del asalto a una ranja de Norfolk, en compañía de un cómplice de 16 años, Fred Barras, a quien el granjero mató a tiros. El granjero fue condenado a cinco años de prisión, que cumple en la prisión de Suffolk.

En esa cárcel el granjero recibió la noticia de que el atracador herido le reclama una indemnización alegando que ahora, por las heridas en ambas piernas y en la ingle, ya no puede encontrar trabajo, ni disfrutar del sexo ni practicar su hobby favorito, las artes marciales.

El atracador, aunque admite que seproponía robar en la granja en que fue tiroteado, alega que, debido a su falta de habilidad para leer y escribir, sólo tiene posibilidades de encontrar trabajo como obrero manual y ahora hasta ésas han quedado mermadas por las heridas sufridas en el atraco.

La demanda va acompañada de un dictamen psiquiátrico, según el cual el demandante siente ganas de llorar, "especialmente si ve una película en la que alguien muere" y encuentra deprimente contemplar escenas de tiroteos en televisión. También se quea de que ahora le asustan los fuegos artificiales y ha tenido que dejar de practicar jujitsu y kick-boxing.

La madre de Tony Martin ha declarado que las pretensiones del atracador son absurdas y que sólo demuestran que "vivimos en un país que está loco, con leyes demenciales y ninguna idea de lo que está bien y lo que está mal".

Por su parte, Henry Bellinghan, el parlamentario conservador del distrito de Tony Martin, ha pedido que se cambien las leyes para impedir que puedan plantear demandas civles personas que han atentado contra la propiedad ajena.