En declaraciones a Servimedia, Moya enjuició que el envío por sorpresa de tropas rusas a Kosovo se debe interpretar como "una espina que se saca Rusia después del papel que ha jugado (durante el conflicto)".

En su opinión, Rusia ha encontrado la ocasión para actuar bajo el efecto sorpresa, en una operación con cierta carga simbólica encaminada a reforzar su papel diplomático, "dado que la OTAN no ha hecho caso a algunas de sus reividicaciones".

No obstante, reiteró que la medida rusa "no tiene más trascendencia desde el punto de vista de la estrategia militar, ya que al final habrá un acuerdo sobre la base de un mando unificado, independientemente de la asignación de zonas que se produzca".