Durante el año 2023 se estima que se abandonaron 286.182 perros y gatos en carreteras, gasolineras, puertas de establecimientos y perreras, de los cuales casi el 40% fueron durante la época estival, una realidad alarmante que, lejos de disminuir, sigue en aumento año tras año. Por eso, desde la compañía advierten de que es posible que los ciudadanos, durante el día a día de sus vacaciones, puedan encontrarse con uno de estos casos.

El primer paso para ayudar es saber identificar si un animal está realmente abandonado. Entre los signos más comunes para detectarlo está la ausencia de correa o identificación, el estado de higiene, el comportamiento errático o asustadizo, así como el estado físico, si presenta evidencias de desnutrición, heridas o parásitos, que también son señales de abandono.

Ante la sospecha de abandono, desde Kiwoko recalcan la importancia de actuar de manera rápida y responsable, para el bienestar del animal y del entorno que le rodea. Las acciones que deberán tomarse son las siguientes: llamar a la Guardia Civil (Seprona) o al centro de protección animal que opere en la región; contactar a un veterinario, ya que podrá verificar si el animal tiene microchip y pueden ofrecer asesoramiento especializado; o acudir a protectoras de animales, muchas de ellas operan tanto a nivel nacional como regional y disponen de páginas web y atención las 24 horas del día para este tipo de casos.