Hace poco más de un mes Herri Batasuna planteó en el seno del MLNV la necesidad de modificar la relación de la izquierda abertzale con los medios de comunicación. HB abogó entonces por abandonar la línea de la "denuncia etéreo-discursiva". La nueva olítica, fruto de este debate, gira en torno a la idea de que determinados periodistas "soporten una notable presión social y política". Según este documento, estas presiones se ejercerían mediante campañas de denuncia "personalizadas y sistemáticas".

El documento apunta tres objetivos: "Los dueños, los responsables y los militantes creadores de opinión de los medios de comunicación". Aconseja escoger "algún periodista o dueño que se haya hecho notar en la actitud o negación de nuestra realidad nacionl y multiplicar la presión sobre él".

En esta línea de actuación, el documento propone presionar de forma directa a los corresponsales que trabajan en los pueblos "por callar las cosas que callan, por las informaciones recortadas que dan...".

Además de las campañas personalizadas, KAS plantea medidas contra los propios medios de comunicación. Intentarán influir en las ventas de algunos periódicos, presionando a las personas "que lo lleven bajo el brazo", y llevarán a cabo acciones en contra de sudistribución.

El boicot a "algunas cadenas de televisión de mayor influencia" y las intervenciones directas contra emisoras de radio completan la estrategia de la izquierda radical, que plantea, además, multiplicar los esfuerzos por difundir su propia información, con indepencia de los medios de comunicacion.

En enero de 1995 se conoció el documento de KAS que planteaba la conveniencia de atentar contra periodistas. Sugería entonces una elección "muy selectiva en las responsabilidades de los nivees superiores de los medios de comunicación".