Los magistrados consideran probado que sobre lasdos de la madrugada del 15 de agosto de 1997 un grupo de encapuchados rompió la lunas de una sucursal del BBV en Larrabetzua (Vizcaya) y después prendió fuego al cajero automático del banco, apartando previamente del mismo a un hombre que se disponía a sacar dinero.

Un grupo de transeúntes, que estaban disfrutando de las fiestas de la localidad, consiguió rodear a uno de los encapuchados, quien les amenazó con arrojarles el artefacto incendiario que llevaba en la mano y emprendió la huida. Sin embargo un vecino logró alcanzarle y le quitó la capucha, "siendo indentificado en ese momento por todo el vecindario como uno de los concejales de la localidad, concretamente Jesús Guinea Sagasti".

En el registro efectuado en el domicilio de Jesús Guinea, la policía encontró una pegatina con la inscripción "ETA, mátalos" sobre el fondo del emblema de la Policía Autónoma Vasca con impactos de bala. También se halló un cristal con un dibujo de ETA y dos revistas publicadas por Jarrai.

Los magistrados conideran probado que Jesús Guinea, que en el momento de los hechos tenía 20 años, participó en los hechos descritos "con los fines terroristas de subvertir el orden constitucional".

La Sala de lo Penal considera que los hechos descritos son constitutivos de un delito de desórdenes públicos terroristas y otro de tenencia y empleo de artefactos incendiarios al servicio de los fines de la organización terrorista, por lo que le impone un total de 12 años de prisión así como a la inhabilitación para el dereco de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.

Además, Jesús Guinea Sagasti deberá indemnizar con 528.488 pesetas al BBV por los daños ocasionados en el cajero automático incendiado.