Los hechos juzgados ocurrieron el pasado mes de diciembre después de que el joven, de 17 años, estacionase su ciclomotor sobre la acera junto a una farola y fuese recriminado por ello por el policía, que se encontraba fuera de servicio, según el relato de la acusación particular.

De acuerdo con el adolescente, que es hijo de un agente de la Guardia Civil, el policía le arrojó entonces al suelo y le encañonó con su pistola.

El policía negó durante la vista oral los hechos y aseguróque tanto el denunciante como un amigo se dedicaban a hacer "el caballito" con los ciclomotores. Añadió que ambos le increparon cuando les llamó la atención, por lo que posteriormente solicitó al menor que se identificase, iniciándose un leve forcejeo.

Tras escuchar las versiones de ambas partes, el fiscal solicitó la libre absolución del agente, para quien la acusación particular pidió una condena de 20 días de arresto por maltratos y amenazas.