El plan fija una red, formada por 16 localidades de la región, que intervendrá en caso de que se produzca un accidente en el transporte de mercancías peligrosas, tanto por carretera como por ferrocarril, según informó el Gobierno regional.

Por Castilla y León circulan 1,9 millones de toneladas de estas sustancias al año por carretera y 730.000 por ferrocarril, principalmente gasóleos y gasolinas, hidrocarburos gaseosos licuados y ácido sulfúrico.

El plan también refleja las estadísticas de los accidentes registrados en la comunidad. Entre 1997 y 2004 se produjeron en Castilla y León 82 accidentes con mercancías peligrosas por carretera, lo que representa el 8,56% del total nacional, y 5 de ferrocarril, el 4,42% del total del país.

Por otro lado, el plan establece las clasificaciones de las emergencias según la naturaleza de la materia transportada y el tipo de accidente y los protocolos de actuación en cada caso. Asimismo, diferencia los fenómenos peligrosos de tipo mecánico, térmico, químico, radiológico y biológico.

En cuanto al tipo de incidente, distingue entre los accidentes sin daños en el continente, accidentes con vuelco o descarrilamiento sin daños en el continente, accidente con fuga o derrame, accidente con incendio y accidente con explosión.

El plan también dispone la organización, las responsabilidades y las funciones del personal que tiene que intervenir para garantizar la prevención y la intervención coordinada y eficaz de los recursos y servicios que existen en Castilla y León, así como una información adecuada a la población.

El estudio contiene igualmente una guía de consejos a la población y define los canales para la notificación de los accidentes y los criterios para evaluar su gravedad, así como los correspondientes niveles de emergencia.

En función de éstos, se determinará la activación de emergencia local, provincial, de la comunidad autónoma o nacional.