Mientras el fiscal ha solicitado nueve años de prisión, la defensa ha pedido la libre absolución en el juicio que ha quedado visto para sentencia en la Audiencia onubense.

Dominga María Dos Santos, que fue detenida días después de localizarse el cuerpo de la pequeña, admitió entonces los hechos que ahora se le imputan, alegando que se encontraba en estado de esemparo moral y económico.

El cuerpo sin vida de la pequeña, que aún conservaba el cordón umbilical, fue hallado por unos niños en la noche del 2 de mayo de 1991 en una charca con agua, situada en la zona de la antigua pescadería de Huelva. El cadáver se encontraba en avanzado estado de descomposición, y pudo haber permanecido allí dos o tres días como mínimo antes de ser encontrado.

Según las conclusiones de la autopsia llevada a cabo en su día por los forenses Alejandro Serratosa y Rosario Gómz Tejedo, el bebé fue asesinado y arrojado a una charca.

También desveló la autopsia presencia de signos de violencia en su cuerpo, como un gran golpe en la cabeza, probable causa de la muerte, y hematomas en el cuello que pudiera corresponder a la presión de los dedos de la presunta asesina. En el examen de los pulmones se determinó que la recién nacida había respirado, lo que descarta rotundamente cualquier hipótesis encaminada a que hubiera nacido muerta.

Quince diás después del hallazgo del cdáver, fue detenidfa en un pub de la localidad onubense de Ayamonte Dominga María Alvito Dos Santos, madre de la pequeña y presunta autora de su muerte. En presencia de su abogado, admitió los hechos que ahora se le imputan, justificando que se encontraba en un estado de desamparo moral y económico y que tenía a su cargo a su madre y tres hijos menores de diez años.