Los dos acusados, Antonio Cebrián y Teresa Martín, se enfrentan a una pena de hasta dos años de prisión, según informa esta fundación en nota de prensa.

Los acusados fueron sorprendidos el 1 de abril de 2006 por los agentes rurales cuando colocaban cebos envenenados, concretamente carne impregnada de carbofurano (insecticida clasificado como muy tóxico), en el término municipal de Ciutadilla, con el objetivo de eliminar animales predadores de la caza, asegura esta fundación.

Según la Fundación para la Conservación del Buitre Negro, "los hechos imputados, de ser probados, constituyen un delito continuado contra la fauna, contemplado en el artículo 336 del Código Penal, por el que los acusados puedes ser condenados a dos años de prisión y a tres años de inhabilitación especial para el ejercicio de cazar".