La medida, sin embargo, parece irrevocable. El próximo 10 de junio, los comisarios de la UE aprobarán una propuesta de su colega Emma Bonino, responsable de Política de Consumidores, para limitar el uso de PVC.

La organización Greenpeace lleva dos años reivindicando esta medida. En particular, pide la prohibición de la "ftaleína", sustancia tóxica que da al PVC su flexibilidad. Según los ecologistas, este producto químico, empleado sobre todo en los muñecos es peligroso para los niños, que chupan o muerden a menudo sus juguetes.

Este argumento es rebatido por los fabricantes. La TIE asegura que el nivel de esta sustancia empleado en la fabricación de juguetes en los últimos 50 años no ha causado ningún problema de seguridad sanitaria. "Si hubiera el menor riesgo, dejaríamos inmediatamente de utilizar estos productos", ha declarado Maurits Bruggink, secretario general de TIE. "Nuestros productos se someten a rigurosos tests de seguridad y a controles regamentarios".

Los daños que esta medida provocará a la industria juguetera serán irreparables, advierte la TIE, que estima en más de 330.000 millones de pesetas la cifra de pérdidas. Los juguetes disponibles serán un 40 por ciento menos que en la actualidad.

Las críticas de la TIE alcanzan a Bonino y también a Greenpeace, organización a la que acusan de haber realizado una campaña de información "orquestada" y alarmista.

La decisión final de aplicar esta propuesta depende de los Estados miembos.