En concreto, el juez, a instancias del fiscal Miguel Ángel Carballo, imputó a Santa Cruz un delito de colaboración con banda armada y le acusó de haber prestado su coche -registrado a nombre de su padre- a los etarras que llevaron a cabo el asesinato del empresario Ignacio Uría, perpetrado el pasado 3 de diciembre en Azpeitia (Guipúzcoa). Los etarras habrían utilizado su vehículo para huir del lugar del crimen.

Además, el juez Velasco le acusa de haber prestado su vehículo para llevar a cabo los ataques contra los juzgados de Tolosa (Guipúzcoa), que tuvieron lugar el 4 de octubre de 2008.

El propio juez Velasco ha enviado ya a prisión a otras dos personas que formarían parte del mismo "talde" de ETA desarticulado por la Ertzaintza en torno a la localidad guipuzcoana de Villabona.

La semana pasada, el magistrado ordenó el ingreso en prisión preventiva de Manex Castro, presunto lider del "talde", y al que imputó los delitos de pertenencia a banda terrorista, estragos terroristas, tenencia de explosivos así como dos delitos de asesinato en grado de tentativa.

Velasco atribuyó a Castro el atentado contra la sede socialista de Lazkao (Guipúzcoa), perpetrado el pasado 23 de febrero, así como la colocación el pasado 16 de enero de tres bombas-trampa en un repetidor del monte de Santa Bárbara, en Hernani (Guipúzcoa), una acción con la que la banda terrorista pretendía causar víctimas entre los ertzainas.

También ingresó en prisión la semana pasada por orden de Velasco Mikel Garmendia, al que se le imputa un delito de colaboración con banda armada por haber prestado presuntamente a Castro su coche para que cometiera el atentado contra la sede socialista de Lazkao (Guipúzcoa).

La Ertzaintza busca a al menos otros tres presuntos etarras que formarían parte, junto con Castro, de un comando de ETA. Dos de ellos son los miembros legales (no fichados) de la banda, Beñat Aginagalde -al que fuentes de la Audiencia Nacional señalan como presunto autor del asesinato de Uría- y Ugaitz Erraskin.