Los propietarios de Caves Fin de Siglo, sobre los que pesa la acusacion de haber puesto en el mercado vino con contraetiquetas falsas, habian solicitado al juez en varias ocasiones que se les permitiese comercializar como ribeiro el vino almacenado en sus bodegas, para poder hacer frente así a las deudas que mantiene la bodega con los viticultores.

El principal argumento que esgrime el juez para denegar esta solicitud se refiere a la fala de garantías que se produjo cuando el vino se trasvasó desde la bodega Caves hasta la de Cosecheros, ambas propiedad del grupo Arnoia.

Olegario Somoza indica además en su auto que "no es posible determinar analíticamente si el vino procede o no de uvas de la denominacion de origen" y recuerda que la aprobación de la polémica cosecha había sido concedida por el Consejo Regulador de O Ribeiro tres meses después de que Fin de Siglo se hubiera dado de baja en la denominación de origen.

Según inform el magistrado, tanto el fiscal como todas la partes personadas en el proceso, a excepción de jóvenes agricultores, son contrarios a que el vino se comercialice como Ribeiro. Entre los personados se encuentra la Xunta de Galicia, Uniones Agrarias, y la asociación de consumidores de O Riberiro.

Con toda probabilidad, la bodega Fin de Siglo recurrirá el auto dentro del plazo legal de tres días, según aseguraron fuentes de la defensa. De no prosperar el recurso, el millón y medio de litros de caldo inmoblizado sera comercializado como vino de mesa.