El respondable del Juzgado número 1 afirma que las pruebas solicitadas por el abogado de la Asocación Víctimas del Terrorismo son inútiles, por lo que deniega la reapertura del sumario.

Pedro Cerracín pedía al juzgado que comprobara si el "comando itinerante" de la banda terrorista ETA pudiera haber estado en Zaragoza durante la fecha del siniestro.

A ese respecto, el juez excluye la hipótesis de atentado porque dos informes, uno del Cuartel General del Ejército y otro del laboratorio Proyex, lo desechan.

El del Ejército apunta como origen del suceso la gran olla de veinte litros de acite de oliva, al no encontrarse indicios, restos u otras anomalías que dieran paso a nuevas hipótesis.

El abogado de la asociación pedía también la identificación del empresario vasco Angel Unzueta porque no constaba en el sumario. Sin embargo, el juez detalla que el industrial estuvo en el Juzgado de Zarauz el 31 de enero de 1980, para relatar la pesadilla del incendio y cómo un bombero le encontró desvanecido en el balcón de la habitación y le salvó cuando no tenía escapatoria, y así consta en el suario.

Además, recoge que Unzueta estuvo ingresado tres días en el Hospital Provincial y 40 más de convalecencia.